En general, los peces son considerados buenos indicadores de la calidad del medio, por lo que una gran diversidad y abundancia de peces en ríos, lagos y mares indican que es un ambiente sano para todas las demás formas de vida. Por el contrario una elevada mortandad o un porcenataje alto de peces enfermos podrían ser causados directa o indirectamente por niveles considerables de contaminantes.
Este grupo muestra ciertas ventajas como herramienta para determinar la calidad del agua:
- Las comunidades generalmente comprenden una amplia variedad de especies que representan diferentes niveles tróficos, incluyendo especies que consumen alimentos tanto de origen acuático como terrestre.
- Los peces son los organismos mejor conocidos de hábitats acuáticos.
- Están presentes en los pequeños cuerpos de agua y aún en aquellos ecosistemas son ciertos niveles de contaminación.
En este caso presentamos un ejemplo de la revista Ecological Indicators (2011) 311-317 en la cual se describe una clasificación de los peces basada en la toleracia de los parámetros físico-químicos de agua y hábitat.
Se muestrearon 430 sitios que cubren una amplia gama de condiciones del río, que nos permite desarrollar las puntuaciones de tolerancia sobre la base de una evaluación cuantitativa.
Se elaboró una clasificación de tolerancia de las especies más comunes en base a los datos obtenidos de los diferentes modelos: la calidad del agua y el estado físico del hábitat. Los resultados corroboran el uso de especies de peces (incluídos los exóticos) como indicadores biológicos. De esta manera se pueden utilizar como un índice residual de la integridad biótica basada en las puntuaciones.
Los ríos mediterráneos tienen una larga historia de asentamientos e impactos humanos, exhibiendo la más alta contribución antropogénica de cualquier zona climática. Los impactos provocan modificaciones de los canales, los bancos de peces, la regulación de flujo, la fragmentación y contaminación química.
Se recogen datos que comprenden 430 sitios de muestreo a lo largo de cuencas interiores de Cataluña, el río Ebro, cuencas de Senia y parte de la cuenca de Garona, teniendo en cuenta una serie de características.
Se realizó un tratamiento de datos mediante técnicas quimiométricas. Este estudio propone una clasificación de la tolerancia basado en los datos cuantitativos que se resumen en dos gradiente: calidad del agua y el estado físico del hábitat. Para demostrarlo se realizó la clasificación de ocho especies y la posterior estimación en categorías de otras ocho especies. Dichas categorías pueden ser complementadas por otros índices fisiológicos sobre la base de datos mediante procedimientos no invasivos de muestreo (por ejemplo, parátros de sangre) debido a la situación de conservación de muchas especies nativas.
Se muestrearon 430 sitios que cubren una amplia gama de condiciones del río, que nos permite desarrollar las puntuaciones de tolerancia sobre la base de una evaluación cuantitativa.
Se elaboró una clasificación de tolerancia de las especies más comunes en base a los datos obtenidos de los diferentes modelos: la calidad del agua y el estado físico del hábitat. Los resultados corroboran el uso de especies de peces (incluídos los exóticos) como indicadores biológicos. De esta manera se pueden utilizar como un índice residual de la integridad biótica basada en las puntuaciones.
Los ríos mediterráneos tienen una larga historia de asentamientos e impactos humanos, exhibiendo la más alta contribución antropogénica de cualquier zona climática. Los impactos provocan modificaciones de los canales, los bancos de peces, la regulación de flujo, la fragmentación y contaminación química.
Se recogen datos que comprenden 430 sitios de muestreo a lo largo de cuencas interiores de Cataluña, el río Ebro, cuencas de Senia y parte de la cuenca de Garona, teniendo en cuenta una serie de características.
Se realizó un tratamiento de datos mediante técnicas quimiométricas. Este estudio propone una clasificación de la tolerancia basado en los datos cuantitativos que se resumen en dos gradiente: calidad del agua y el estado físico del hábitat. Para demostrarlo se realizó la clasificación de ocho especies y la posterior estimación en categorías de otras ocho especies. Dichas categorías pueden ser complementadas por otros índices fisiológicos sobre la base de datos mediante procedimientos no invasivos de muestreo (por ejemplo, parátros de sangre) debido a la situación de conservación de muchas especies nativas.
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